Un deporte encasillado

→ Colaboración para la revista del Club Ochobre.


Podemos encontrar a lo largo de la Historia preguntas para las que parece nunca tendremos respuesta. ¿Quién mató a Kennedy? ¿Estamos solos en el Universo? Cuestiones que aún a día de hoy siguen sin esclarecerse, como la que abordaré a continuación: ¿es el ajedrez un deporte?

La verdad es que se trata de un debate bastante interesante y nada sencillo, ya que consta de buenos argumentos (en uno y otro sentido) y parte de una definición demasiado ambigua. Y por supuesto no es mi intención dar aquí una respuesta definitiva a semejante embrollo, ni mucho menos. Pero sí quisiera exponer y defender brevemente por qué, bajo mi punto de vista, este apasionante juego debería considerarse tan deportivo como cualquier otro. 


"¡Que somos deporte!". "¡Que no quiero, que eso es muy cansado!". Y así por los siglos de los siglos...
(foto de Leshaines123).


Para ello, y en primer lugar, deberíamos definir qué es "deporte". Lo cual, dicho sea de paso, tampoco es fácil. Si consultamos el diccionario de la R.A.E. nos encontramos que deporte es una...

"Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas".

Ahora bien, ¿cumple el ajedrez estos requisitos (semánticos) necesarios? Creo que todos estaremos de acuerdo en que satisface la mayoría de estos puntos: se puede jugar tanto como pasatiempo como en el marco un torneo, y es necesario cierto adiestramiento para aprender y mejorar en su práctica. También es obvio que existe una extensa normativa que regula al detalle el transcurso del mismo. Pero... ¿qué hay de la actividad física? ¿Se puede decir que el ajedrez implica un esfuerzo físico? Aquí está el meollo del asunto...

Inconscientemente todos asociamos "actividad física" (y, por extensión, el deporte en general) con "sudar". Con un esfuerzo vigoroso que implique mover la mayor parte de nuestro cuerpo (si no todo) y provocar cierto gasto energético. Y es precisamente por esto por lo que creo no se considera al ajedrez como un deporte, ya que durante su desarrollo estás prácticamente quieto delante de un tablero. Muchos dirán que sin cansar, ¿verdad? ¡Pues no!, y ése es el error. 
La realidad es que la práctica de juegos como el ajedrez puede llegar a suponer un verdadero agotamiento. No hay más que ver a los grandes jugadores, exhaustos al finalizar los torneos pese a la intensa preparación física a la que se someten durante todo el año para aguantar tales eventos. Y un dato curioso para aquellos que quieran adelgazar y no les guste salir a correr (ahora que empieza tanta "operación bikini"): Anatoli Kárpov, campeón mundial, llegó a perder 10 kilos durante una competición. ¿Cómo es esto posible, si sólo hay que sentarse y mover piezas?

Es cierto que jugar al ajedrez no implica hacer grandes movimientos, y que el simple hecho de alargar el brazo y jugar una pieza no puede verse como una actividad física en sí. De hecho, desde fuera todo parece calma y silencio. ¿Por qué aparece entonces esa evidente fatiga? La respuesta es fácil: por el excesivo agotamiento mental. Y esto es algo que quiero destacar especialmente, que el cansancio mental es también agotamiento físico. Ojo al dato: el cerebro, con lo pequeño que es respecto al resto de cuerpo o al conjunto de nuestros músculos, ¡consume el 20% de toda nuestra energía! Si ya es considerable la cantidad de glucosa y oxígeno que llega a consumir a lo largo del día con una actividad normal, imaginad el gasto energético de este órgano si está trabajando durante un determinado tiempo a pleno rendimiento. Un esfuerzo físico para nada despreciable o alejado de los vigores de otros deportes.

Por tanto, si existe actividad física, competitividad y reglamento, ¿por qué no se le considera deporte como a todos los demás? ¿Creéis de verdad que es menos deporte que el motociclismo o el automovilismo en general? ¿Que el tiro (con arco, con armas de fuego,...) o el golf? ¿Acaso no puede codearse con la equitación, teniendo ambas disciplinas caballos saltarines? No digo que todas estas modalidades no deban ser catalogadas como "deporte", sino que bajo esas premisas el ajedrez lo es tanto como ellas.


Así de agotadas acaban las pobres piezas... (foto de Rodrigo Gianesi).

Pero como ya he dicho sólo es mi opinión, y existen argumentos más que válidos en contra del ajedrez como deporte; y me parece perfecto. La cuestión, a fin de cuentas, es disfrutar de esta belleza de juego, a la que algunos ya no sólo llamamos deporte, sino también arte.

Hasta la próxima, queridos peones del tablero de la realidad.